RETO:
“La Vieja Fábrica” es una marca de referencia en su sector pero su imagen en el lineal no destaca ni representa sus valores.
SOLUCIÓN:
El rediseño se basa en sus atributos principales: su larga trayectoria (desde 1834) y la propia calidad del producto que remarca su claim «En La vieja fábrica no hay foto, hay fruta».
La línea artística parte de referentes gráficos contemporáneos a su origen, con un marcado contraste tipográfico y de formas que ubican al consumidor en una época concreta y le permiten conectar con ésta (valoramos la tradición).
La ausencia de fotografía, una jerarquía limpia y el uso de distintos papeles para cada gama crean un producto consistente y fácilmente identificable en el lineal.
Proyecto realizado bajo la supervisión de Enric Aguilera en el máster en Branding & Packaging en BAU.



